miércoles, 6 de enero de 2010

La Ceremonia del Bautismo - 10 de enero

Por Paula T. de Macías

“La fiesta de hoy, con la que concluye el tiempo navideño, nos brinda la oportunidad de ir, como peregrinos en espíritu, a las orillas del Jordán, para participar en un acontecimiento misterioso: el bautismo de Jesús por parte de Juan Bautista. Hemos escuchado en la narración evangélica: "mientras Jesús, también bautizado, oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y se escuchó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo predilecto, en ti me complazco" (Lc 3, 21-22). Por tanto, Jesús se manifiesta como el "Cristo", el Hijo unigénito, objeto de la predilección del Padre. Y así comienza su vida pública. Esta "manifestación" del Señor sigue a la de Nochebuena en la humildad del pesebre y al encuentro de ayer con los Magos, que en el Niño adoran al Rey anunciado por las antiguas Escrituras…

El bautismo cristiano, corroborado por el sacramento de la confirmación, hace a todos los creyentes, cada uno según su vocación específica, corresponsables de la gran misión de la Iglesia. Cada uno en su propio campo, con su identidad propia, en comunión con los demás y con la Iglesia, debe sentirse solidario con el único Redentor del género humano. Esto nos remite a cuanto acabamos de vivir durante el Año jubilar. En él la vitalidad de la Iglesia se ha manifestado a los ojos de todos. Este acontecimiento extraordinario ha legado como herencia al cristiano la tarea de confirmar su fe en el ámbito ordinario de la vida diaria...

Encomendemos a la Virgen santísima a estas criaturas que dan sus primeros pasos en la vida. Pidámosle que nos ayude ante todo a nosotros a caminar de modo coherente con el bautismo que recibimos un día.

Pidámosle, además, que estos pequeños, vestidos de blanco, signo de la nueva dignidad de hijos de Dios, sean durante toda su vida cristianos auténticos y testigos valientes del Evangelio. ¡Alabado sea Jesucristo!”   Homilía  Juan Pablo II. Domingo 7 de enero de 2001, fiesta del Bautismo de Nuestro Señor


Ideas para celebrar el Bautismo del Señor en familia:

- Recuerda la Ceremonia del Bautismo.
Material
 Biblia separada previamente en el pasaje del bautismo de Nuestro Señor: Lucas 3, 21-22.
 Un muñeco (bebe) que se pueda mojar su cabeza (de plástico o algo similar).
 Una toallita blanca para secar.
 Un recipiente ancho (puede ser una ensaladera amplia) con suficiente agua para poder ‘bautizar’.
 Una vela blanca, porta velas, cerillos.
 Una concha o platito para verter el agua de bautismo sobre el muñeco.
 Si se cuenta con fotos del bautismo de sus hijos, tener el álbum cerca y previamente separado para mostrar fotos a los hijos.
 Pastel con betún blanco ya listo para festejar el bautismo de Cristo y el de cada miembro de la familia.

Preparación
1. Llama a tus hijos a un área donde se tengan todos los materiales listos. Te sugiero poner el recipiente en una mesita para facilitar la actividad.

2. Empieza con una oración, dando gracias a Dios por la fiesta del bautismo de Nuestro Señor y cómo nos recuerda a renovar nuestro propio bautismo, agradeciendo a Dios que somos hijos amados suyos.
3. Enciende la vela blanca y lee el pasaje de la Biblia previamente separado. Algún hijo mayor lo puede leer  (recuérdale el trato especial hacia la Biblia, así como besar la misma al finalizar la lectura).

4. Pídele a tus hijos que cierren los ojos para imaginarse ese gran día del bautismo del Señor. Da los siguientes puntos a meditar: (hacer una pausa prolongada entre cada punto)

• "¿Cómo se imaginan a Jesús en el momento en que fue bautizado?”
• “¿Cómo creen que se sentiría su primo, Juan el Bautista, de ser él, el que iba a bautizar a Jesús?”
• “¿Cómo se imaginan lo que cuenta el evangelio: “se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y se escuchó una voz del cielo: ‘Tú eres mi Hijo predilecto, en ti me complazco’”?
• “El momento de mi bautismo fue tan especial como el bautismo de Jesús”…
• Gracias, Dios Padre, por hacerme hijo tuyo, enséname a recordar tu amor por mi cada día…

5. Si tienes oportunidad, anima a tus hijos a compartir un poco sobre lo que meditaron.

6. Pide a tus hijos que presten mucha atención para ver cómo fueron bautizados en su día tan especial.  Anima a tu esposo o a un hijo mayor que ponga el ejemplo:

• Toma el muñeco cuidadosamente, con una mano sostener el cuello y con la otra el platito para ‘bautizar’.
• Llena el platito con agua y di: “…(nombre elegido)…yo te bautizo, en el Nombre del Padre (verter agua sobre la cabeza- 1era vez)…y del Hijo (2da vez), y del Espíritu Santo (3era vez).” Amén.
• Secar la cabeza del muñeco con la toallita.

7. Ahora sí, cada hijo pasará uno a la vez a ‘bautizar’ al muñeco. Cada quien puede elegir un nombre distinto, si gusta, o su propio nombre.





8. Al finalizar, termina con una oración de agradecimiento por el día de su bautismo y vean las fotos de sus bautismos (sería muy hermoso recordar a cada hijo quienes fueron sus padrinos de bautismo, y si es posible, llamarlos en algún momento, para agradecer su apoyo y mantener la relación viva).

Después, ¡a comer pastel!

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